Haciendo memoria de la Primera Visión de José Smith

Perspectiva #13 de José Smith-Historia

Aunque los historiadores se esfuerzan por comprender e interpretar el pasado, dependen de los recuerdos de quienes estuvieron allí y dejaron un registro de sus experiencias. Hablando de la Primera Visión, esto es especialmente cierto, pues debemos poner nuestra confianza en la memoria del único participante mortal: José Smith. Como tal, es importante para quienes deseen estudiar la Primera Visión, o cualquier otro evento histórico, comprender tanto los límites, como las fortalezas de la memoria humana. El historiador Steven C. Harper ha examinado cuidadosamente los relatos de la Primera Visión de José Smith teniendo en cuenta los estudios acerca de la memoria, tratando pacientemente de “escuchar” a José recordar su experiencia en cada relato1. Como explica Harper: “Los investigadores se esfuerzan por comprender la dinámica de la memoria a fin de escuchar con más atención a José comunicar sus recuerdos”2.

La memoria no es el simple recuerdo de información y acontecimientos de la vida de uno, más bien es un proceso activo que implica reconstruir los eventos en la mente una y otra vez3. Las complejidades de la memoria son tales que no se trata de una simple dicotomía entre recuerdos “exactos” e “inexactos”. Casi todos los recuerdos contienen elementos fiables y no fiables. En sus estudios, Harper descubrió que “los relatos de José sobre su visión confirman que su memoria era, a su vez, limitada y precisa”4. Estudiar los relatos de José sobre la Primera Visión con una comprensión tanto de las características, como de las limitaciones de la memoria, puede ayudarnos no solo a reconstruir mejor la visión original en sí, sino también a reconocer y comprender apropiadamente lo que la visión significó para José en varios momentos de su vida. “Los relatos de José de su primera visión describen el evento tal como lo experimentó, tanto en ese momento, como a lo largo del tiempo”5.

Harper explica: “La mayor parte de la memoria desaparece, pero cuando nos enfocamos en algo repetidamente, se transforma en una memoria secundaria”6. Los recuerdos secundarios son más estables con el tiempo y se refuerzan al establecer conexiones emocionales con nuestras experiencias. La memoria a largo plazo también mejora cuando somos conscientes de que estamos recordando7. Esto significa que los acontecimientos importantes de nuestra vida pueden recordarse más fácilmente, pero los detalles secundarios a menudo se vuelven borrosos o pueden desaparecer por completo de nuestra mente.

“Los relatos de José Smith de su primera visión”, comenta Harper, “están llenos de estas particularidades de la memoria”8. José manifestó tanto conexiones emocionales fuertes, como una “metaconciencia”, indicativos de que estaba recordando intencional y conscientemente. Sus “emociones eran intensas”9, y su “mente se inquietaba seriamente”10. Sus relatos descriptivos están saturados de este tipo de lenguaje. “Los recuerdos de José parecen estar especialmente vivos cuando evocan los pensamientos y las emociones intensas que asoció con ellos”11.

Sin embargo, los detalles secundarios, como su edad, el día exacto del acontecimiento, la época del año en que comenzó la “agitación religiosa”, etc., se recuerdan más vagamente. Tenía “unos” 14 años, fue “en algún momento” del segundo año después de que se mudaron a Manchester, y fue “a principios de la primavera” cuando se arrodilló para orar12. “Los relatos de José Smith sobre su visión muestran una memoria que era a la vez vívida y difusa”13.

Los relatos de José también ilustran las características tanto de la memoria fáctica (recuerdos de aspectos objetivos), como de la memoria interpretativa (el significado o importancia que le asignó a la experiencia)14. “Los recuerdos interpretativos crecen y cambian con el tiempo porque son moldeados por acontecimientos posteriores al episodio que se recuerda”15. Por lo tanto, cada uno de los relatos de José refleja diferentes énfasis y detalles, en parte porque reflejan lo que su visión significó para él en diferentes etapas de su vida.

Por ejemplo, el relato de 1838 hace mucho énfasis en la persecución, lo que falta en los otros relatos16. Este relato fue escrito y editado en medio de las hostilidades de la apostasía de Kirtland, la Guerra de Missouri y el encarcelamiento de José en Liberty17. En medio de todo esto, la persecución cobró gran importancia en la mente de José y en su memoria interpretativa, “Parece que desde los años más tiernos de mi vida el adversario sabía que yo estaba destinado a perturbar y molestar su reino” (JSH 1:20, énfasis añadido)18.

Esto no significa que José estaba recordando mal o inventando experiencias. Más bien, simplemente significa que algunos recuerdos de su Primera Visión podrían haber estado no tan marcados y vivos como José los recordó más tarde. Como dijo Harper: “Un observador externo probablemente no interpretaría estos eventos de manera tan intensa como [José] Smith subjetivamente lo hizo”19. Por el contrario, el hecho de que los relatos de José muestren todas las características (incluyendo las limitaciones) de la memoria humana sugiere fuertemente que se trata de recuerdos auténticos. Es decir, esta no es una historia que José simplemente inventó o fabricó. Está recordando una experiencia real que tuvo en el bosque cuando era niño. Harper concluye de esta manera:

José generó recuerdos humanos de su primera visión… Los recuerdos vívidos revelan elementos de la experiencia que lo impresionaron profundamente: la ansiosa incertidumbre previa a la teofanía, la epifanía que resultó de la lectura y la reflexión de Santiago 1:5, el sentimiento de amor y redención de la teofanía, la realidad de la visión misma. Los recuerdos interpretativos e introspectivos también están presentes. … Los relatos no son, según admite el propio José, una recreación impecable del acontecimiento, ni son “una fabricación completa de eventos de la vida”. A pesar de las distorsiones y las limitaciones en el recuento de la experiencia, los relatos de José generalmente muestran continuidad. Además, comunican a los investigadores los recuerdos de José de cómo experimentó la visión en ese momento y cómo la recordó a lo largo del tiempo20.

Otras lecturas

Véase Steven C. Harper, First Vision: Memory and Mormon Origins (New York, NY: Oxford University Press, 2019), 9–44.

Steven C. Harper, Joseph Smith’s First Vision: A Guide to the Historical Accounts (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2012), 94–110.

Notas al pie de página

 

1 Véase Steven C. Harper, Joseph Smith’s First Vision: A Guide to the Historical Accounts (Salt Lake City, UT: Deseret Book, 2012), 94–110; Steven C. Harper, First Vision: Memory and Mormon Origins (New York, NY: Oxford University Press, 2019), 9–44.

2 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 95.

3 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 95.

4 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 95.

5 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 95.

6 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 95.

7 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 97.

8 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 98.

9 History, circa June 1839–circa 1841 [Draft 2], 2.

10 History, circa Summer 1832, 1.

11 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 100.

12 History, circa June 1839–circa 1841 [Draft 2], 3.

13 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 104.

14 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 97.

15 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 97.

16 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 103–104.

17 Para obtener más detalles sobre los acontecimientos de la vida de José Smith en 1838, incluidas las persecuciones que enfrentó, véase Alexander L. Baugh, “Joseph Smith in Northern Missouri, 1838”, en Joseph Smith: The Prophet and Seer, ed. Richard Neitzel Holzapfel y Kent P. Jackson (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y BYU Religious Studies Center, 2010), 291–346.

18 History, circa June 1839–circa 1841 [Draft 2], 3, addenda, Note B.

19 Harper, First Vision, 18. Véanse las páginas 13–19 para un análisis más detallado de cómo el “presente perseguido” de José Smith dio forma a su relato de 1838–39.

20 Harper, Joseph Smith’s First Vision, 110.