Astronomía abrahámica

Perspectiva del Libro de Abraham #15

El Libro de Abraham es notable debido a su descripción de la llamada astronomía abrahámica. El capítulo 3 del Libro de Abraham, junto con el Facsímil 2, contiene esta representación astronómica, que no siempre es fácil de entender. Los eruditos que investigan el texto han articulado por lo menos tres modelos diferentes para interpretar este capítulo.

El primer modelo busca comprender la astronomía del Libro de Abraham a través de una perspectiva científica. Aquellos que aceptan este paradigma han ofrecido argumentos sobre cómo se puede armonizar la astronomía abrahámica con la ciencia moderna.1

El segundo modelo funciona bajo el supuesto de que los conceptos astronómicos presentados en el Libro de Abraham tienen sus raíces en la antigua cosmología. En particular, este modelo ve al Libro de Abraham como la representación de una visión geocéntrica (centrada en la tierra) del cosmos, la cual difiere de nuestra comprensión científica moderna de que el sol es el centro de nuestro sistema solar.2

El tercer modelo defiende básicamente un opuesto del segundo modelo y presenta una interpretación de la astronomía del Libro de Abraham que establece a Kólob, no la Tierra, como el centro del cosmos. Este modelo sugiere que aunque la astronomía del Libro de Abraham puede ser antigua, el enfoque principal debe estar en las verdades espirituales que se pueden deducir del texto.3

Cada uno de estos modelos tiene sus respectivas fortalezas y debilidades. Para los propósitos de estas publicaciones que colocan al Libro de Abraham en el mundo antiguo, es importante prestar atención especial al segundo modelo que ve la astronomía del libro como un antiguo cosmos geocéntrico.

Mapa del Cosmos
La cosmología del Texto de Abraham cuando se traduce como un texto geocéntrico. Cortesía de Mike Parker.

Como lo resume John Gee, uno de los principales defensores del modelo geocéntrico,

La astronomía del Libro de Abraham utiliza como su punto de referencia “la tierra sobre la cual [estamos]” (Abraham 3:3, 5-7). Se trata de varios cuerpos celestiales, como “las estrellas” (Abraham 3:2), entre las cuales está Kólob (Abraham 3:3-4). Estas proporcionan un fondo fijo para los cielos. Entre las estrellas hay varios cuerpos que se mueven en relación al fondo fijo, cada uno de los cuales es llamado un “planeta” (Abraham 3:5, 8) o un “luminar” (Abraham 3:5-7), aunque el sol y la luna y ciertas estrellas a cada uno se le llama “planeta”, no debemos pensar que son necesariamente lo que llamamos planetas. Cada uno de estos planetas está asociado con “sus tiempos y estaciones en sus revoluciones” (Abraham 3: 4). Estos luminares giran alrededor de algo, y ese es el punto fijo de referencia, “la tierra sobre la cual [estamos]” (Abraham 3:3, 5–7). Por lo tanto, el Libro de Abraham presenta una astronomía geocéntrica, como la mayoría de las astronomías antiguas, incluyendo la astronomía del Antiguo Egipto.4

Es importante destacar que el Señor le dijo explícitamente a Abraham: “[T]e enseño estas cosas [los cuerpos celestiales descritos en Abraham 3] antes que entres en Egipto, para que declares todas estas palabras” (Abraham 3:15). Evidentemente, la astronomía revelada a Abraham estaba destinada, en parte, a tomar los conceptos conocidos del cosmos por los antiguos egipcios y reemplazarlos con una comprensión adecuada del evangelio. “Abraham debía enseñar no solamente astronomía, sino también los principios del evangelio que el Señor había explicado a través de medios astronómicos”5. Esto podría explicar por qué el Libro de Abraham contiene una descripción aparentemente pre-científica del cosmos arraigada en el mundo antiguo. Esto solo podría lograrse si Abraham se comunicara con los egipcios y comparara el cosmos con las verdades del evangelio de la manera en que ellos lo entendieran.

Si bien la astronomía del Libro de Abraham enseña de manera simbólica verdades importantes acerca del plan de salvación, 6 y aunque es interesante explorar cómo es que la ciencia moderna podría orientar nuestra comprensión, la cosmología en el texto también puede basarse fácilmente en el mundo antiguo.

Otras lecturas

John Gee, “Abrahamic Astronomy”, en An Introduction to the Book of Abraham (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y Religious Studies Center, Brigham Young University, 2017), 115–120.

Kerry Muhlestein, “Encircling Astronomy and the Egyptians: An Approach to Abraham 3”, Religious Educator 10, no. 1 (2009): 33–50.

John Gee, William J. Hamblin y Daniel C. Peterson, “‘And I Saw the Stars’: The Book of Abraham and Ancient Geocentric Astronomy”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, ed. John Gee y Brian M. Hauglid (Provo, UT: FARMS, 2005), 1–16.

Michael D. Rhodes y J. Ward Moody, “Astronomy and Creation in the Book of Abraham”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, ed. John Gee y Brian M. Hauglid (Provo, UT: FARMS, 2005), 17–36.

Notas al pie de página

 

1 Michael D. Rhodes y J. Ward Moody, “Astronomy and Creation in the Book of Abraham”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, ed. John Gee y Brian M. Hauglid (Provo, UT: FARMS, 2005), 17–36; cf. Michael D. Rhodes, “The Scriptural Accounts of the Creation: A Scientific Perspective”, en Converging Paths to Truth, ed. Michael D. Rhodes y J. Ward Moody (Provo, UT: Religious Studies Center, Brigham Young University; Salt Lake City: Deseret Book, Salt Lake City, 2011), 123–50.

2 John Gee, William J. Hamblin y Daniel C. Peterson, “‘And I Saw the Stars’: The Book of Abraham and Ancient Geocentric Astronomy”, en Astronomy, Papyrus, and Covenant, 1–16.

3 Kerry Muhlestein, “Encircling Astronomy and the Egyptians: An Approach to Abraham 3”, Religious Educator 10, no. 1 (2009): 33–50.

4 John Gee, An Introduction to the Book of Abraham (Salt Lake City y Provo, UT: Deseret Book y the Religious Studies Center, Brigham Young University, 2017), 115–116.

5 Muhlestein, “Encircling Astronomy and the Egyptians”, 35.

6 Muhlestein, “Encircling Astronomy and the Egyptians”, 43–48.