El relato de la Primera Visión de 1842

José Smith—Historia. Perspectiva #5

En 1842, mientras Nauvoo, Illinois, crecía rápidamente y José Smith ganaba más notoriedad a nivel nacional, un periodista de Chicago llamado John Wentworth solicitó a José “un resumen de las doctrinas y la historia de los Santos de los Últimos Días” en nombre de su amigo George Barstow, quien estaba escribiendo una historia del estado de New Hampshire.1 José accedió y proporcionó a Wentworth una breve “reseña de los comienzos, el progreso, la persecución y la fe de los Santos de los Últimos Días”2. José tomó en serio la solicitud de Wentworth, ya que “las oportunidades para un trato favorable de la Iglesia en publicaciones de no miembros eran raras, y algunos intentos anteriores no habían sido del todo exitosos”3. En esta historia, que finalmente no fue publicada por Barstow sino que fue publicada por el Profeta en el periódico Times and Seasons como “Historia de la Iglesia”, y que hoy se conoce ampliamente como la Carta a Wentworth, “[José] relató su primera visión de la Deidad y la producción del Libro de Mormón. También incluyó un resumen de trece puntos de las creencias de los Santos de los Últimos Días, conocidas hoy como los Artículos de Fe”4.

El relato de la Primera Visión provisto por el Profeta en esta historia es algo breve, pero toca los puntos principales que también están presentes en sus narraciones anteriores. Comienza esta parte de la historia con: “Cuando tenía unos catorce años, comencé a reflexionar sobre la importancia de prepararme para un estado futuro, y al averiguar sobre el plan de salvación, me encontré con que había gran conflicto en las ideas religiosas…”. “Al considerar que todos no podían estar en lo cierto”, razonó José, “y que Dios no podía ser el autor de tanta confusión, decidí investigar el tema más a fondo”. José hizo esto recurriendo a la Biblia, donde encontró pasajes como Santiago 1:5. “Me retiré a un lugar aislado en el bosque y comencé a invocar al Señor”, continuó, y “mientras me encontraba concentrado en ferviente súplica, mi mente fue apartada de todo lo que me rodeaba y me envolvió una visión celestial, y vi a dos gloriosos Personajes, que se asemejaban exactamente el uno al otro en rasgos y apariencia, rodeados de una luz brillante que eclipsó la del sol a mediodía”. Los personajes le dijeron a José “que todas las denominaciones religiosas creían doctrinas incorrectas y que ninguna era reconocida por Dios como Su Iglesia y reino”. A José se le “mandó expresamente ‘no seguirlas'”, y en su lugar recibió “la promesa de que la plenitud del Evangelio se [l]e daría a conocer en un tiempo futuro”5.

Este relato de la Primera Visión está marcado por un estilo “conciso, directo, sin adornos, informativo y práctico”. Esto tiene mucho sentido ya que “este relato estaba destinado a ser publicado por la prensa de un no miembro de la Iglesia” y por lo tanto tiene “las características que uno esperaría encontrar en una declaración de relaciones públicas”6. A diferencia del relato de 1838–39 de José, que fue escrito durante un tiempo de severa persecución para José y los Santos, el relato de 1842 fue escrito durante un tiempo de relativa paz y calma. También fue solicitado de buena fe por un influyente y sinceramente inquisitivo periodista no miembro de la Iglesia. Por lo tanto, la declaración de José en el relato de 1842, no es tan defensiva o polémica como en su relato anterior. Por ejemplo, en el relato de 1842 no se menciona la oposición regional a la visión de José (un tema que es prominente en el relato de 1838-1839), y en lugar de citar al Señor diciendo duramente que los credos cristianos eran una “abominación” (José Smith–Historia 1:19), está parafraseado simplemente diciendo que “todas las denominaciones religiosas creían en doctrinas incorrectas”.

El relato de la Primera Visión de 1842 también lleva las marcas del estilo literario en evolución de José Smith y su confianza en los secretarios y negros literarios7 (como William W. Phelps, John Taylor y otros) para ayudarlo a contar su historia.8 A diferencia del relato de José de 1832 sobre la Primera Visión, el lenguaje de este relato se ve muy pulido y sofisticado y está salpicado de frases en latín como summum bonum (“el máximo”), retóricamente, todo esto sirve para dar a los lectores una impresión de la erudición del Profeta. José también se basó, en este recuento de sus primeras visiones, en el lenguaje de obras publicadas anteriormente, como el influyente folleto misional de Orson Pratt de 1840, A[n] Interesting Account of Several Remarkable Visions.9 El efecto acumulativo de todo esto es un estilo constante en todo este relato que se describe como erudito y al mismo tiempo “confiado y seguro de sí mismo”10.

La influencia de este relato de la Primera Visión puede verse en su reedición en múltiples ocasiones a lo largo de la década siguiente después de su aparición inicial en 1842. Tanto los miembros de la Iglesia como los que no son, publicaron extractos y copias literales de “Historia de la Iglesia” en periódicos, libros y folletos durante la década de 1840 y principios de los años 50.11 En 1843, bajo la dirección de José Smith, William Phelps preparó una versión ligeramente revisada y actualizada de “Historia de la Iglesia” para el editor Clyde, Williams & Co., que estaba preparando un volumen que examinaba los movimientos religiosos contemporáneos en los Estados Unidos. Un año después, la versión revisada de Phelps de la historia de José en 1842 apareció como un artículo titulado “Latter Day Saints” en el libro He Pasa Ekklesia [Toda la Iglesia] editado por Israel Daniel Rupp.12

Aunque el editorial de 1842 “Historia de la Iglesia” sería eclipsado más tarde por la historia de José de 1838-39, aún así aporta detalles importantes y únicos para comprender plenamente lo que José vio y experimentó en la arboleda. Por ejemplo, es en este relato que José describió a los dos personajes que vio: “se asemejaban exactamente el uno al otro en rasgos y apariencia”13, afirmando así la naturaleza inseparable y corporal del Padre y del Hijo (cf. Doctrina y Convenios 130:22–23). Por estas y otras razones, los Santos de los Últimos Días se benefician enormemente del relato de la Primera Visión de José de 1842.

“Historia de la Iglesia”, 1 de marzo de 1842 (La Carta a Wentworth)

(Véase la versión estandarizada aquí; la versión original aquí)

Cuando tenía unos catorce años, comencé a reflexionar sobre la importancia de prepararme para un estado futuro, y al averiguar sobre el plan de salvación, me encontré con que había gran conflicto en las ideas religiosas; si iba a una organización, me hablaban de un plan, y si iba a otra, de otro, cada uno proclamando que su credo particular era el summum bonum [el máximo] de la perfección. Al considerar que todos no podían estar en lo cierto y que Dios no podía ser el autor de tanta confusión, decidí investigar el tema más a fondo, pensando que si Dios tenía una Iglesia, ésta no podía estar dividida en diferentes facciones, y que si Él enseñaba a una organización que adorara de cierta manera y administrara un tipo de ordenanzas, no enseñaría a otra principios que fueran diametralmente opuestos. Como creía en la palabra de Dios, tuve confianza en la declaración de Santiago: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Me retiré a un lugar aislado en el bosque y comencé a invocar al Señor; mientras me encontraba concentrado en ferviente súplica, mi mente fue apartada de todo lo que me rodeaba y me envolvió una visión celestial, y vi a dos gloriosos Personajes, que se asemejaban exactamente el uno al otro en rasgos y apariencia, rodeados de una luz brillante que eclipsó la del sol a mediodía. Me dijeron que todas las denominaciones religiosas creían doctrinas incorrectas y que ninguna era reconocida por Dios como Su Iglesia y reino; y se me mandó expresamente “no seguirlas”, al mismo tiempo que recibí la promesa de que la plenitud del Evangelio se me daría a conocer en un tiempo futuro.

Otras lecturas

Karen Lynn Davidson et al., eds., The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1: Joseph Smith Histories, 1832–1844 (Salt Lake City, UT: The Church Historian’s Press, 2012), 489–501.

James B. Allen y John W. Welch, “Analysis of Joseph Smith’s Accounts of His First Vision”, en  Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestation, 1820–1844, ed. John W. Welch, 2ª ed. (Provo, UT: BYU Studies, 2017), 37–77.

Dean C. Jessee, “The Early Accounts of Joseph Smith’s First Vision”,BYU Studies 9, no. 3 (1969): 275–294.

Notas a pie de página

 

1 Karen Lynn Davidson et al., eds., The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1: Joseph Smith Histories, 1832–1844 (Salt Lake City, UT: The Church Historian’s Press, 2012), 489.

2 “Church History”, Times and Seasons 3, no. 9 (March 1, 1842): 706; cf. Davidson et al., eds., The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1, 492.

3 Davidson et al., eds., The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1, 489.

4 Davidson et al., eds., The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1, 492.

5 “Church History”, 706–707.

6 James B. Allen y John W. Welch, “Analysis of Joseph Smith’s Accounts of His First Vision”, en  Opening the Heavens: Accounts of Divine Manifestation, 1820–1844, ed. John W.Welch, 2a ed. (Provo, UT: BYU Studies, 2017), 53.

7 Un negro literario, forma correcta en español del calco semántico escritor fantasma —del inglés ghostwriter— o simplemente negro, es un escritor profesional a quien se contrata para escribir por cuenta de otra persona o bajo su nombre autobiografías, cuentos, artículos, novelas, o incluso discursos, en especial para políticos, actores o personas sin instrucción en este tipo de trabajos literarios, sin recibir oficialmente el crédito como autor de esas obras. A lo sumo, en todo caso, recibe créditos como “colaborador”. (Wikipedia, La enciclopedia libre).

8 Alex D. Smith, Christian K. Heimburger, and Christopher James Blythe, eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 9: December 1841–April 1842 (Salt Lake City, UT: Salt Lake City, UT: The Church Historian’s Press, 2019), 177; Bruce A. Van Orden, We’ll Sing and We’ll Shout: The Life and Times of W. W. Phelps (Provo y Salt Lake City, UT: Religious Studies Center at Brigham Young University y Deseret Book. 2018), 317–318.

9 Davidson et al., eds. The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1, 491–492, 519–520; Smith, Heimburger, and Blythe, eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 9, 177.

10 Allen and Welch, “Analysis of Joseph Smith’s Accounts of His First Vision”, 53.

11 Smith, Heimburger and Blythe, eds., The Joseph Smith Papers, Documents, Volume 9, 177–178. Una generación más tarde, el historiador de los Santos de los Últimos Días B. H. Roberts, mezcló el relato de 1842 con el relato canónico de 1838 en su versión revisada de las primeras visiones de José Smith. Véase el análisis en Steven C. Harper, First Vision: Memory and Mormon Origins (Nueva York, NY: Oxford University Press, 2019), 152-153, citando a B. H. Roberts, “History of the Mormon Church: Chapter 5, The Early Visions of Joseph Smith”, Americana 4, no. 6 (septiembre de 1909): 610–627, esp. 616n8.

12 “Latter Day Saints”, 1844; cf. Davidson et al., eds. The Joseph Smith Papers, Histories, Volume 1, 503–516.

13 “Church History”, 707.

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